sábado, 17 de noviembre de 2007

la niña rica cuento creado por mi

LA NIÑA RICA

Había una vez, una niña muy rica y egoísta. Tenia quince años y le dijo a su madre:

-¿mama, puedo ir a casa de abuela a teñirle el pelo que ella no puede ir a la peluquería? Y la madre le contestó: - ¡vale, pero no vayas caminando, vete en helicóptero!

La niña hizo caso, pues había llegado a casa a las dos de la mañana de la discoteca. Cuando se subió al helicóptero, vio una caja pequeña tapada con paja. La niña miro a ver si el conductor estaba mirando, y con curiosidad abrió la pequeña caja. En su interior se hallaba una pequeña lobezna. Esta estaba amarrada y durmiendo. La niña se dio cuenta de que iban a aterrizar, así que metió a la lobezna en su cesta.

Al llegar a tierra, volvió a mirar a la lobezna y vio que estaba durmiendo... pero que a la misma vez comía. Una vez aterrizo el helicóptero, se le ocurrió despertarla. Del susto que se llevo, llego a casa de su abuela.

La niña en el camino a casa de la abuela, iba buscando a la lobezna. Cuando la niña iba llegando a casa de la abuela ... la lobezna también llegaba.

Cuando la abuela vio a la lobezna, dio un salto que fue a parar al armario. La niña al escuchar los chillidos de la abuela, fue a ver que pasaba. Cuando se dio cuenta de que era la lobezna, le explico todo a la abuela. Pasado un rato, la abuela le fue tomando cariño a la lobezna. La abuela le cogió tanto cariño que después no hubo quien se la quitara de su lado.

La abuela le dijo a la niña: - ¡me voy a quedar con la lobezna! ¡Así tu no tendrás que venir mas a teñirme el pelo! He pensado que podríamos enseñar a la lobezna a teñir el pelo.

La abuela decidió montar una peluquería con la lobezna. En la peluquería la abuela era la jefa, y la lobezna la peluquera. A la peluquería la llamaron “los saltarines”

(¡¡¡ Ah... te aconsejo que no te vayas a cortar el pelo en esa peluquería, porque es un desastre!!!)

Y colorin colorado, este cuento se ha terminado. Y si te ha gustado, pues por el principio puedes empezarlo a leerlo otra vez.

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