sábado, 17 de noviembre de 2007

el ogro con el corazon limpio cuento creado por mi

El ogro con el corazón limpio.

Erase una vez en el país de Londres, donde habitaba un ser “horrible”, eso era lo que creía todo el mundo. El ogro se llamaba Jack, todo el mundo le tenia miedo porque según los diferentes relatos como por ejemplo:

“Se come a la gente estaba contra el y sus perros”, otros decían “mata a la gente solo por diversión. De todos esos relatos inventados nunca se decía la verdad, y lo cierto es que Jack el ogro quería jugar con las personas y el no entendía porque ellos huían. En cuanto a los perros canelo y kala son vegetarianos igual que Jack. Solo comían frutas, verduras... pero lo que no podían oler ni la carne y mucho menos matar por diversión.

Todo el mundo por el temor de los diferentes relatos falsos, se fue de la parte de donde vivían el ogro y se fueron a la otra parte hasta separaron las partes con un muro.

Un día cuando todos dormían una niña, muy atrevida llamada Ana Maria, traspasó el muro y fue a visitar al ogro, este ya dormía. La niña tenia siete años, fue a ver al ogro porque estaba harta de cada vez que ella no quería dormir su madre le decía “duérmete que si no el ogro te cogerá tus juguetes y se los llevara.”

Y como la niña siempre se quedaba con la duda de porque el ogro hacia eso, decidió visitarlo. Ana cogió sus juguetes mas apreciados y se los llevo al ogro. El ogro se despertó y le dijo:

- ¿Qué haces aquí pequeña? ¿te has perdido?

- No señor ogro.

- Y... ¿qué haces aquí guapa?

- He venido a jugar contigo ¿no quieres?

- Si claro ¿cómo te llamas?

- Ana María ¿y tu ogro guapo?

- Yo Jack - dijo entre risas el ogro- y estos son canelo y kala.

- Que monos no parecen peligrosos como dice mi mama. ¿a que sabes jugar?

- A nada. - dijo el ogro encogiéndose de hombros.

- Ay, ay, ay – dijo la niña.

- Oye guapa ¿tus padres no te van a preocupar?

- Si, por eso me iré antes del amanecer.

- Pues, ya son las cuatro de la mañana

- Huí que despiste, me voy. Mañana vuelvo.

- Adiós, ten cuidado.

- Si adiós, mañana vuelvo y jugamos al escondite. – dijo la niña ilusionada

- Vale, mañana me lo explicas.

Pero la pequeña no volvió, el ogro pensó que a lo mejor no podía, a la segunda vez se preocupo y a la tercera decidió bajar a preguntar por Ana María.

Cuando bajo al pueblo todo el mundo huyo, menos unas personas que estaban rezando, estas personas resultaron ser los padres de Ana María le contó al ogro entre sollozos que Ana Maria estaba en el hospital muy enferma, con una enfermedad sin cura.

La madre secándose las lagrimas le pregunto al ogro:

- Por casualidad ¿no conocerás a Jack o canelo y a kala?

- Si señora, si que los conozco.

- ¿Podrías decirme donde viven? Es que mi hija quiere verles.

- Si, señora, Jack soy yo y canelo y kala son mis perros – dijo el ogro ya con los ojos humedecidos.

La señora llevo a Jack con la niña, la niña nada mas verlo empezó a llorar y le dijo a su madre:

- Mama es un ogro bueno, no hace daño ni a una mosca.

- Ya lo se cariño, te pongas buena iremos a vivir con Jack.

- Mama...

- ¿si hija?

- Y si yo... y si yo no me pongo buena ¿podrías ser amiga de Jack para que el no este solo?

- Si cariño, pero tu te vas a poner buena.

- Mama, Jack os quiero.

La niña al decir esto falleció. A Jack le dejo una carta que ponía:

Querido Jack, si estas leyendo esto es porque estoy muerta.

Que sepas que te quiero mucho y que nunca olvidare el ratillo que pasamos juntos.

Espero que la gente descubra ese corazoncito de oro que tienes. Porque no eres como dicen, te reprochan sin conocerte pero se que algún día descubrirán al Jack que yo conocí.

Te quiero.

Ana Maria del Pino.

Posdata: Dile a mi mami que la quiero mucho. Este colgante que esta dentro es para que me recuerdes

Muchos besos

NUNCA TE OLVIDARE.

la niña rica cuento creado por mi

LA NIÑA RICA

Había una vez, una niña muy rica y egoísta. Tenia quince años y le dijo a su madre:

-¿mama, puedo ir a casa de abuela a teñirle el pelo que ella no puede ir a la peluquería? Y la madre le contestó: - ¡vale, pero no vayas caminando, vete en helicóptero!

La niña hizo caso, pues había llegado a casa a las dos de la mañana de la discoteca. Cuando se subió al helicóptero, vio una caja pequeña tapada con paja. La niña miro a ver si el conductor estaba mirando, y con curiosidad abrió la pequeña caja. En su interior se hallaba una pequeña lobezna. Esta estaba amarrada y durmiendo. La niña se dio cuenta de que iban a aterrizar, así que metió a la lobezna en su cesta.

Al llegar a tierra, volvió a mirar a la lobezna y vio que estaba durmiendo... pero que a la misma vez comía. Una vez aterrizo el helicóptero, se le ocurrió despertarla. Del susto que se llevo, llego a casa de su abuela.

La niña en el camino a casa de la abuela, iba buscando a la lobezna. Cuando la niña iba llegando a casa de la abuela ... la lobezna también llegaba.

Cuando la abuela vio a la lobezna, dio un salto que fue a parar al armario. La niña al escuchar los chillidos de la abuela, fue a ver que pasaba. Cuando se dio cuenta de que era la lobezna, le explico todo a la abuela. Pasado un rato, la abuela le fue tomando cariño a la lobezna. La abuela le cogió tanto cariño que después no hubo quien se la quitara de su lado.

La abuela le dijo a la niña: - ¡me voy a quedar con la lobezna! ¡Así tu no tendrás que venir mas a teñirme el pelo! He pensado que podríamos enseñar a la lobezna a teñir el pelo.

La abuela decidió montar una peluquería con la lobezna. En la peluquería la abuela era la jefa, y la lobezna la peluquera. A la peluquería la llamaron “los saltarines”

(¡¡¡ Ah... te aconsejo que no te vayas a cortar el pelo en esa peluquería, porque es un desastre!!!)

Y colorin colorado, este cuento se ha terminado. Y si te ha gustado, pues por el principio puedes empezarlo a leerlo otra vez.